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El diseño de una pared de diseño.

Mi pared de diseño para patchwork

¿Cuales son las herramientas más útiles para hacer patchwork? Si preguntamos a varios quilters, seguro obtenemos una variedad de respuestas. Para mí, sería: máquina de coser, cúter circular y tabla para cortar, y pared de diseño o muro de trabajo. Las 2 primeras son esencialmente herramientas de productividad; hacen el trabajo de cortar y coser más leve y rápido. En cambio, la pared de diseño es la clave de un quilt logrado.

Aunque los artistas que se precian no trabajarían sin ella, siempre es increíblemente útil, incluso con los diseños más sencillos o cuando seguimos un patrón. ¡Cuántas veces he cambiado completamente de idea al ver  el esbozo de un quilt en la pared! Curiosamente, cuando lo ponemos en vertical, tiramos 4 pasos por atrás y lo miramos de lejos, la perspectiva cambia completamente.

En este quilt muy sencillo, por ejemplo, la distribución de los cuadrados es clave.  La mejor manera de conseguir un conjunto armónico es colocar todo en la pared y mover las piezas hasta que quede bien. Luego, sólo hace falta coserla, ¡intentando no hacerse un lío! Muchas personas marcan las piezas con números. Otro truco es sacar una foto digital antes de empezar a coser.

Curiosamente, por muy imprescindible que sea una pared de diseño, no se venden en tiendas de patchwork (al menos que sepa). Nos las tenemos que hacer en casa, a medida. Hay varias opciones, en función de la necesidad. Puntos a considerar:

  1. El soporte: Obvio pero imprescindible, que se puedan clavar alfileres. Si es importante poder desplazarla (para llevarla a cursos o liberar espacio), es preferible una «pared» de material blando (como la mía aquí, hecha con «car liner», este material que cubre el techo de los coches), o un soporte rígido ligero como la espuma de poliespan. Si se dispone de un estudio permanente, se puede «vestir» directamente una pared.  Conozco quilters que tienen paredes preparadas y cuelgan encima unas portátiles, para trabajar varios proyectos simultáneamente.
  2. El revestimiento: lo ideal es un material «peluchoso» como la franela, la boata de algodón, el «car liner», o incluso la parte de detrás de un mantel plastificado. Así, las piezas de tela pequeña se enganchan temporalmente sin alfileres (sin no hay corriente de aire), lo que es muy práctico. La boata de algodón tiene la ventaja de soportar el calor, así que se puede planchar directamente encima, como lo hace Leonore Crawford conla técnica del «fusing» (enganchar con termoadhesivo de doble cara).
  3. El color: Tiene que ser neutro, es decir, no color: blanco, negro o gris, para no influenciar visualmente cualquier diseño. El gris es preferible, porque el blanco y el negro hacen resaltar los colores, cada uno a su manera. E. Hartmann de Oh Franson usa boata blanca, pero observar que sus quilts casi todos llevan fondo blanco, en este caso el blanco no engaña.
  4. El tamaño: Es bueno tener una pared grande para ver los quilts grandes enteros; una pequeña portátil puede ser muy útil para realizar piezas de tamaño reducido.

Con todo, 2 maneras de hacerse un pared de diseño:

  • Enrollable (como la mía en la foto): Se necesita: un trozo de «car liner» de unos 2 metros de largo por el ancho que viene, o un mantel grande plastificado con la parte trasera de «peluche», una barra de cortina, un cordón para colgar. Doblar un lado estrecho del material de unos 8 cm, hacer una costura, pasar la barra dentro, atar el cordón a las 2 extremidades y colgar de la pared.
  • Rígida: Se trata de revestir un panel de material apta para clavar alfileres con un material como boata o franela (una sábana gris es perfecta). Luego se sujeta a la pared, de manera fija o temporal. Una muy buena explicación de Oh Fransson aquí, en inglés pero con muchas fotos.

¿Quién usa pared de diseño? Nos interesa tus opiniones, ideas o trucos, por favor compartir.