Quilt de patchwork para bebé
"Coccinelles sur pré fleuri", 2010

Las dos cosas que más me gustan del patchwork para bebés o niños pequeños: rapidez, debido al tamaño reducido, y libertad en el uso de colores vivos y diseños frescos y alegres, que a menudo autocensuramos en quilts para adultos.

No entenderé nunca porque conocidos fabricantes de prendas y ropa de casa para bebés se empeñan a hacerles vivir en un mundo pálido. Los bebés tienen una visión distinta de los adultos: recién nacidos, sólo distinguen los contrastes fuertes (los especialistas recomiendan diseños en blanco y negro para estimularles). Luego empiezan a distinguir colores, pero las sutilezas de los pasteles se los escapa, lo ven todo igual. En cambio, les encantan los colores vivos.

Cuando hacemos patchwork infantil, podemos dejar rienda suelta a nuestra imaginación y entregar al bebé un quilt que le entretenga la vista y alegre la vida.

Este quilt lo regalé al bebé de mi prima, le gustó mucho a la mamá, al menos  (al bebé no se sabe, la verdad, aún no habla). Yo me lo pasé muy bien escogiendo las telas (todos retales) en estos colores tan alegres verdes y azules.

Patchwork infantil con mariquitas.
Detalle de las mariquitas y el acolchado libre a máquina.

Se trata de un patrón de patchwork fácil y rápido, diseño de Karen Cunagin para hacer quilts solidarios. Una vez acabado el patchwork, como los colores me recordaban un prado en flor, añadí una mariquitas, así:

  •  Aplicar termoadhesivo de doble cara en un trozo de tela de color rojo liso.
  • Cortar unos óvalo y repartirlos por la superficie del quilt.
  • Planchar para pegarlos, y coser para que aguanten bien los lavados.
  • Dibujar los puntos negros, rayas y patas con un rotulador para tela (un rotulador normal también funcionaría, ¡resisten muy bien a los lavados, como bien saben las mamás!)

Para acabar este quilt bebé, acolchado libre a máquina, con dibujos vegetales.