En su última visita, mi hija mayor quién estudia en Francia me pidió una bufanda bien voluminosa y calentita. De lana, me dijo, allí hace más frío que en Barcelona.
Así que de prisa, le hice en un fin de semana una bufanda de punto, con restos de lana que tenía a mano. Mi madre, experta en punto quién viste a toda la familia de jerseys hechos a mano, a menudo me da los hilos que le sobran. No soy tan experta pero me defiendo con las agujas lo suficiente para hacer una bufanda.
Como tenía hilos de todos colores y gruesos, seleccioné primero los colores, una combinación invernal de marrones y azules oscuros.
Agujas número 8 para ir rápido. Algunos hilos eran muy gruesos, los finos los puse 2 juntos.
Improvisé unos rectángulos en modo patchwork, sin patrón, según la cantidad de hilo que tenía. Para que la bufanda pueda dar 2 vueltas, calculé unas medidas de unos 40×200 cm.
Aquí está ella con la bufanda acabada, delante de la estación de Sants, a punto de marcharse.
Hoy es un día muy triste en mi país. Pienso en todos.